ALITA BATTLE ANGEL: DESCUBRIENDO CÓMO ADAPTAR EL MANGA AL CINE

Por AnimationFan.

Advertencia: este artículo puede contener algunos datos que pueden considerarse como spoilers. Leer con discreción si es que no has visto la película.

 

En un momento donde el cine se encuentra plagado de adaptaciones sobre sociedades post-apocalípticas/cyberpunk con protagonistas adolescentes es comprensible el por qué el anuncio de una adaptación a la pantalla grande de GUNNM (1991) -obra del genero manga por Yukito Kishiro -fuera recibida con incredulidad y, ¿por qué no decirlo?, temor por parte de sus fanáticos.

Las cintas predecesoras inmediatas de este género se han destacado por ser grandes perdidas financieras para los involucrados (Mortal Engines [2018], Valerian and the City of a Thousand Planets [2017]) y las adaptaciones de material oriental al cine de blockbuster tampoco presentaban ninguna proyección confiable (Ghost in the Shell [2017]). Sin embargo, Alita Battle Angel tiene los elementos adecuados para perfilarse como un muy buen primer paso hacia la introducción de este género literario al mainstream con éxito.

Alita Battle Angel tiene los elementos adecuados para perfilarse como un muy buen primer paso hacia la introducción de este género literario al mainstream con éxito.

Aún cuando se tomaron libertades creativas al momento de trasladar la historia original hacia un formato más comercial, ambas tramas tiene un mismo núcleo: tras ser rescatada de un depósito de chatarra y reconstruida casi por completo por el profesor e ingeniero Dyson Ido, una cyborg de nombre Alita (Gally en el original) descubre que tiene capacidad de combate poco comunes que debe dominar mientras busca pistas sobre su origen ya que no tiene recuerdo alguno de su pasado.

 

Desde la premisa podemos apreciar que la historia conserva mucho de la narrativa lineal propia de los 90´s. El héroe tiene que vencer a varios enemigos menores con los cuales descubre partes de sí mismo hasta que el villano final aparece y pone a prueba su crecimiento en un enfrentamiento épico. El desenlace es previsible desde el primer acto pues la gran mayoría de cuentos de formación tienen esta estructura, pero en esta cinta el desarrollo de los efectos especiales y el rediseño de la sociedad en la que se desenvuelve Alita son los factores decisivos para darle una oportunidad a esta reinterpretación de un clásico.

Gran parte de la promoción de esta cinta gira entorno a la captura de movimiento y la completa creación digitalizada de la protagonista. Ya sea desde los elementos orgánicos como piel y cabello, hasta lo más mundano que es la vestimenta, la compañía Weta Digital se cercioró de encontrar el punto de equilibrio para presentarnos una Alita lo más realista posible pero manteniendo la estética única que resalta su diseño a cada momento. El ejemplo más claro de ello lo encontramos en los ojos del personaje, ya que se mantuvieron en esta proporción para homenajear el estilo de Kishiro pero buscaron darle la mayor naturalidad para que no desentonaran con el resto de actores.

 

Y es cierto, en varias secuencias la ilusión logra su cometido y Alita se vuelve real. Pero es importante notar que esto se debe al conjunto entre calidad de modelado, despliegues de acción y una ambientación cuidada meticulosamente.

Es en este último punto, el rediseño de escenarios y en general del entorno es lo que unifica la cúspide de la fantasía. La fusión entre la utopía tecnológica de las prótesis biomecánicas y las diversas herencias culturales que se despliegan mientras Alita descubre el mundo, es lo que sostiene con elegancia al filme y lo hace interesante. Uno quiere saber los puntos de quiebre de la historia, de los protagonistas, para ser testigos de este mundo que no alecciona ni explica innecesariamente con un discurso de qué es cada cosa.

La fusión entre la utopía tecnológica de las prótesis biomecánicas y las diversas herencias culturales que se despliegan mientras Alita descubre el mundo, es lo que sostiene con elegancia al filme y lo hace interesante.

Tanto la edición final como el departamento de arte -encabezado por Jeff B. Addams Jr. (Fear the Walking Dead [2015], Sin City: A Dame to Kill For [2014])- son los que terminan por dar una dirección agradable al proyecto final.

Ahora bien, aunque la película se disfruta y termina dejándote con deseos de más (parece que la secuela está sólo a la espera de buenos números en taquilla para iniciar su rodaje), tiene puntos débiles que pocos podrán pasar por alto pues el ritmo es el primer afectado.

 

Principalmente, el manga de Yukito Kishiro debe gran parte de su encanto -pese al prematuro final que tuvo su primera parte -a que los protagonistas son niños en el proceso de madurez. Su errores son fácilmente justificables pues sus preceptos de moral y ética, así como su conocimiento de la calidad humana, continuan en constante cambio para adaptarse y sobrevivir. En cambio en el caso del filme de 2019 al incluir personajes de mayor edad (16 - 17 años) el tema de la corrupción humana pierde peso e impacto. El personaje de Hugo y su motor de acción pueden generar empatía al poner la mente infantil como marco, pero en un joven que está a un paso de la adultez, especialmente en un mundo que exige que uno madure con rapidez, simplemente pierde autenticidad. Y esto desemboca en un arco romántico forzado y acartonado dónde resalta dolorosamente que el personaje secundario sólo existe para generar un mártir.

Es claro que este tipo de recursos es necesario para dar dimensión a la personalidad protagónica, pero su uso debe pasar desapercibido para no restar importancia a otros elementos.

 

Por último, es destacable que Alita Battle Angel se nutre constantemente de una promesa de franquicia futura. Lo que en otro tipo de proyectos sólo puede ser catalogado como puntos ciegos o cabos sueltos, en esta magna producción las líneas argumentales inconclusas están representadas como incógnitas que responderá una segunda y/o tercera parte. Aún no conocemos el pasado de nuestra heroína, no comprendemos cómo llegó la Ciudad de Hierro a ser lo que es ahora y la ciudad flotante de Salem continúa latente como un misterio importante.

Es cierto que es un riego dejar al espectador con más dudas que respuestas, especialmente en un formato que busca dar satisfacción con un cierre tras dos horas, pero el resultado se siente casi fresco al evadir la auto-conclusión por el miedo al fracaso.

Sin más que añadir en Artinside los incentivamos a que asistan al cine y saquen sus propias conclusiones sobre Alita Battle Angel puesto que el arte aplicado en su desarrollo vale la pena ser admirado si sólo quieres una tarde amena en el cine o asimilado en tus propio estilo si vas con un ojo más artístico.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Referencias:

  • https://www.wetafx.co.nz/films/filmography/alita-battle-angel/

  • https://www.cnet.com/es/noticias/eric-saindon-efectos-visuales-alita-battle-angel-entrevista/


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