CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 3: LA FOMA DE DESPEDIR UNA FRANQUICIA

Por AnimationFan.

Nueve años han pasado desde que el mundo encontró en la relación entre un niño y un dragón una historia digna de ser escuchada. En su momento Cómo entrenar a tu dragón (2010) exploró el enfrentamiento entre la razón y lo instintivo de una forma admirable: la historia era entrañable e inclusiva para múltiples públicos, no sólo el infantil. Su secuela apostó por problemáticas más complejas, como la perdida y la identidad, para crecer a la par de su audiencia y satisfacer sus inquietudes. Y con el fin de completar este viaje, DreamWorks -aún en uno de las etapas más inciertas de la compañía -se dio a la tarea de brindarnos el tan anhelado tercer acto de una franquicia tan querida.

Pero, tras dos grandes entregas que han ganado un merecido lugar como proyectos ejemplares en el rubro de la animación, la comparación nos llevan a preguntarnos: ¿Cómo entrenar a tu dragón 3 (2019) logra estar a la altura de sus predecesoras?

Desde la trama, la cinta retoma la vida de nuestro protagonista tan sólo a un año de los sucesos de la entrega anterior.

La respuesta en esta ocasión es un “sí”, por supuesto, pero con la peculiaridad de tener algunos matices que impiden que sea una afirmación absoluta.

Desde la trama, la cinta retoma la vida de nuestro protagonista tan sólo a un año de los sucesos de la entrega anterior, mostrándonos a un Hipo optimista por el futuro pero saturado por los pequeños desperfectos de esta utopía que está construyendo: la isla de Berk ha llegado a su límite de población y, por su magnitud, ahora son un blanco notable para los cientos de caza-dragones en activo. Especialmente, de un cazador de nombre Grimmel que se especializa en capturar y exterminar Furias Nocturnas por diversión.

 

El director, Dean DeBlois (Lilo & Stitch [2002]), apuesta nuevamente por explorar una evolución de conflictos madura y donde el factor mítico (los dragones) sea un acompañamiento y no el motor. Hipo debe resolver la sobrepoblación, la falta de recursos y la seguridad menguante de una sociedad en constante desarrollo, mientras consolida su voz como líder. Después de todo, la búsqueda del yo en un entorno mutable es una situación con la que el espectador promedio se puede identificar fácilmente.

A grandes rasgos HTTYD3 (por sus siglas en inglés) hace notar que no quiso reproducir un éxito seguro y en su lugar tomó el compromiso de trata a sus personajes con respeto al hacerlos avanzar de forma orgánica.

 

Por su parte, en el rubro de lo visual y la animación técnica el filme crea una aventura disfrutable llena de escenarios vistosos y que deslumbran por el trabajo de diseño que tienen invertido. Construyeron un ecosistema único y magnificente para empatar con la naturaleza de los dragones sin dejar de lado su pertenencia al mundo humano que conocemos. Todo esto fue posible gracias al trabajo de Chris DeFaria (Gravity [2013], Mad Max: Fury Road [2015]), que se encargó de actualizar oportunamente el software Moonray para aprovechar sus características potenciadas.

Cada elemento en el que coloques tu atención tiene una calidad impecable.

Para quien no esté familiarizado, Moonray es un software de animación -desarrollado por DreamWorks - que se encarga de la iluminación natural sobre superficies texturizadas. Pero previo a Cómo Entrenar a tu Dragón 3, aunque su interfaz esta diseñada para afectar diversos elementos al mismo tiempo, existía un límite numérico por encuadre. Si se rebasaba esta condición los elementos más alejados del punto focal perdían calidad y brindaban un efecto casi acartonado. No se podía ver a simple vista el error, pero estaba presente.

 

La mejora del programa subsanó este defecto al incluir el aumento de la capacidad y área de acción -ya no hay un límite, lo cual permite a los animadores expandir su visión al momento de modelar -, así como también refinó el logaritmo que calculaba la trayectoria y calidad del rebote de un haz luminoso. Cada elemento en el que coloques tu atención tiene una calidad impecable.

No obstante, como ya mencionamos anteriormente, aunque la cinta concluye una franquicia de una forma espectacular pues le da una despedida bien merecida a este mundo nórdico, existen un par de puntos de flexión en el planteamiento que impiden la ovación de pie: la naturaleza del villano y la falta de cohesión en la unidad temática.

 

En el proceso de construir una nueva prueba que superar para el héroe es donde se identifica fácilmente el primer traspiés argumental: toda historia de superación o crecimiento requiere de una fuerza contraria o de un espacio negativo que obstaculice y rete al protagonista. En HTTYD se vio encarnado en su padre y en la villa que reprobaban la inclusión de un nuevo sistema y en HTTYD2 (2014) se nos presentó un antagonista como Drago donde el vínculo entre humano y bestia se envilecía al incluir el miedo en la ecuación.

Sin embargo, en esta última el principal antagonista físico carece de una motivación profunda y de un objetivo trascendente. Grimmer, como coloquialmente se expresa, es malo por ser malo. Así lo requiere la historia y así lo dejan ser. Y, aunque el enfrentamiento se encuentra en la posición del clímax, se siente blando; casi como un calco de la segunda pero sin la ventaja de la novedad.

Es entendible que el antagonista sólo sea un conductor del tema principal, pero en más de una ocasión puede llegar a ser demasiado el arco argumental que le otorgan para lo poco que aporta en realidad.

 

En esta misma pauta del exceso, la gran cantidad de subtramas es el segundo pináculo que estropea la fluidez de el conjunto: al conflicto del liderazgo y la lucha contra un cazador poco convencional se le suman tanto la posibilidad de un matrimonio como el nacimiento de la inquietud de chimuelo por su propia especie. Todos son temas loables de gran interés, que al auto-concluir se centran a su manera en que "cada rito de pasaje necesita aceptar el fin de etapas anteriores”, pero la falta de transiciones más suaves y sin el uso de gags cómicos dejan ciertas fisuras en el entramado final.

 

Dicho esto, aunque se pueden identificar problemas conceptuales, Cómo entrenar a tu dragón 3 es una cinta que debes ver por todo lo que aporta sin importar tu expectativa: si buscas una tarde de diversión seguro la tendrás, y si vas con un ojo crítico te aseguramos que comprenderás la estructura de un tercer acto con toda la elegancia que precisa su elaboración.

En Artinside sólo podemos recomendarte que le des la oportunidad de sorprenderte y asistas a tu cine de preferencia para presenciar el final de una franquicia que valió cada uno de los 9 años que la hemos estado esperando.

 

Referencias:

  • Burwick, Kevin. How to Train Your Dragon 3 Will Be the End of the Franchise en Movie Web. Consultado el 01 de Febrero de 2019. https://movieweb.com/how-to-train-your-dragon-3-series-end/

  • Gaudon, Andrew. How to Train Your Dragon: The Hidden World Review:Dir. Dean DeBlois (2019). en The Hollywood News. Consultado el 31 de Enero de 2019. http://www.thehollywoodnews.com/2019/01/28/how-to-train-your-dragon-the-hidden-world-review-dir-dean-deblois-2019/

  • Wolfe, Jennifer. Designing the Spectacular Realm of the Dragons for DreamWorks Animation´s The Hidden World. en Animation World Network. Consultado el 31 de Enero de 2019. https://www.awn.com/animationworld/designing-spectacular-realm-dragons-dreamworks-animations-hidden-world


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