DIBUJANDO UN PUENTE DE COMUNICACIÓN

Fotografía de Ana Tavares en Unsplash.

Fotografía de Ana Tavares en Unsplash.

Por Gudrun.

En nuestro artículo Nos comunicamos, así como en nuestro Manifiesto, exponemos la importancia de la comunicación, sus procesos y efectos.

Estos meses en los que la pandemia nos ha mantenido en casa, nuestra forma de comunicarnos con el exterior ha sido limitada a lo virtual. Ya tenemos años de hablar con nuestros amigos a distancia y mantenernos en contacto gracias a la tecnología. Aun así, para muchas personas, este tiempo también ha sido de adaptación a una vida completamente virtual; porque ya no se trata únicamente de una llamada rápida o un mensaje de texto, también se han mudado a lo virtual nuestras clases, trabajo, compras, reuniones, consultas y festejos.

Este tiempo también ha sido de adaptación a una vida completamente virtual.


Esto no tiene que tomar un sentido negativo, toda vez que nos permita evolucionar. Pero como todo proceso de adaptación toma su tiempo y parte de nuestro estado emocional. Es importante reconocer nuestras necesidades de afecto y atención que como seres sociales tenemos.

Pasamos tantos días en casa, bajo el estrés de una pandemia, tratando de adaptarnos y entender nuevos procesos, cambiando nuestras rutinas e intentando mantenernos sanos en todo sentido.

Hace unos meses compartimos consejos en nuestro artículo Soy creador y estoy en cuarentena, para mantenernos activos y adaptarnos a un momento de permanencia en casa. Hoy debemos seguir cuidándonos, debemos continuar en casa tanto sea posible. Sabemos que mientras más tiempo pasa, mayor es nuestro deseo de ver en persona a nuestros seres queridos y realizar nuestras actividades en otros lugares.

Estas situaciones nos llevan a una propuesta cuyo objetivo es la comunicación. Sabiendo que la práctica del dibujo debe ser diaria y que nuestros trazos son un medio de catarsis, hagamos el ejercicio de una introspección. Identifiquemos nuestros pensamientos, esos que tal vez no nos atrevemos a decir en voz alta. También nuestras emociones, que en situaciones como la actual tienden a ser cambiantes y esto es normal; por lo tanto, debemos aceptarlas. Aceptar que tenemos miedo, que estamos tristes, enojados o eufóricos. Ansiosos por salir, necesitando un afectuoso abrazo. Identificar si alguno de nuestros sentimientos es hacia una persona o una actividad. Tal vez hacia nosotros mismos. Teniendo esto en mente, comenzar a dibujar. Algo para agregar a nuestro portafolio, para regalar a alguien o simplemente guardarlo en nuestro cajón; un lugar, un objeto o una escena, la forma abstracta pero gráfica de nuestros sentimientos. Hacer uso de referencias si es necesario. Crear nuestro ambiente de inspiración con música, una rica bebida y paciencia. Se trata de disfrutar el momento.

Sabiendo que la práctica del dibujo debe ser diaria y que nuestros trazos son un medio de catarsis, hagamos el ejercicio de una introspección.


Es importante mencionar que esto es solamente un ejercicio. No sustituye la comunicación directa, al lenguaje ni al habla. Mucho menos el pedir ayuda profesional si sentimos que nuestras emociones nos desbordan. Acudir a alguien que pueda guiarnos en nuestro autoconocimiento es de suma importancia.

Recordemos que en los cambios y la adaptación encontramos fortaleza, que se engrandece cuando tenemos compañía y hacemos lo que nos apasiona.

 
 


«La expresión es la representación con palabras o con otros signos externos, de un pensamiento, una idea, un sentimiento, etc. Se tiene que exteriorizar para que surja la comunicación.»

-La comunicación humana

Ed. Mc Graw Hill

 
 

Referencias:


 

Próximos Cursos y Talleres

 

También te puede interesar:

2020ArtinsidePublicadoComentario